El que seamos optimistas o pesimistas, determina significativamente nuestra actitud ante la vida. Y en definitiva, es esa actitud personal la que da forma a nuestros resultados. Ultimamente he estado pensando bastante sobre este concepto de optimismo y pesimismo. Y personalmente, creo que una persona es optimista o pesimista en función de tres factores:
1.-El modo en que INTERPRETA su pasado.
2.-El modo en que VIVE su presente.
3.-El modo en que IMAGINA su futuro.
2.-El modo en que VIVE su presente.
3.-El modo en que IMAGINA su futuro.
Esa es para mi la gran clave que marca toda la diferencia. El modo de INTERPRETAR, de VIVIR y de IMAGINAR.
¿Qué es el optimismo? Es la sana creencia de pensar que las cosas que han sucedido en nuestro pasado -independientemente de que hayan sido buenas, malas o regulares-, han sido positivas para nosotros. La persona optimista INTERPRETA su pasado de manera positiva a pesar de haber experimentado dificultades. Entiende esas dificultades como oportunidades de crecer y hacerse más fuerte.
La persona optimista VIVE el presente enfocándose en todo lo positivo que hay en su vida. Decide conscientemente fijar su atención en lo que está bien. Es como la historia que suelo contar en mis cursos de alguien que lleva una camisa blanca, en la que se ha hecho una mancha diminuta con un bolígrafo de color negro. El pesimista siempre enfocará en ese punto negro, a pesar de que el 99,99% de la camisa tiene un blanco inmaculado.
Y sobre todo, la persona optimista IMAGINA un futuro positivo. Piensa que las cosas van a salir bien. Se levanta cada día creando una expectativa positiva, anticipando en su imaginación un desenlace positivo para las cosas que emprenderá.
La persona optimista VIVE el presente enfocándose en todo lo positivo que hay en su vida. Decide conscientemente fijar su atención en lo que está bien. Es como la historia que suelo contar en mis cursos de alguien que lleva una camisa blanca, en la que se ha hecho una mancha diminuta con un bolígrafo de color negro. El pesimista siempre enfocará en ese punto negro, a pesar de que el 99,99% de la camisa tiene un blanco inmaculado.
Y sobre todo, la persona optimista IMAGINA un futuro positivo. Piensa que las cosas van a salir bien. Se levanta cada día creando una expectativa positiva, anticipando en su imaginación un desenlace positivo para las cosas que emprenderá.
Piensa por un instante en tu propia forma de INTERPRETAR el pasado, de VIVIR el presente y de IMAGINAR el futuro. ¿Crees que eres una persona optimista o pesimista? En esos tres elementos descubrirás la clave para determinarlo, teniendo siempre presente que solo es necesario un instante y una decisión para comenzar a convertirte en un optimista redomado. Es tan sencillo como comenzar a interpretar tu pasado como lecciones que puedan servirte para mejorar, comenzar a vivir el presente enfocando en todo lo positivo que hay en tu vida, y comenzar a imaginar un futuro totalmente apasionante e inspirador.
Y como argumento final de por qué es importante convertirte en una persona tremendamente optimista, permíteme formularte una última pregunta:
Y como argumento final de por qué es importante convertirte en una persona tremendamente optimista, permíteme formularte una última pregunta:
¿Conoces a algún pesimista que sea feliz?
La respuesta está clara. La auténtica felicidad solo aparece cuando enfrentamos la vida desde una actitud de pleno optimismo.
Son innumerables las personas que viven su vida presas de una serie de miedos que les están impidiendo tomar acción, y como consecuencia jamás llegan a desatar su máximo potencial. Pero los miedos, en cualquiera de sus versiones, pueden ser vencidos en la mayoría de las ocasiones fruto de una simple decisión. La decisión de poner como una cualidad fundamental en la vida el CORAJE.
Como bien decía Sir Winston Churchill, “El coraje es la más importante cualidad humana, porque es la cualidad que garantiza todas las demás.”
Cuantas vidas se tornarían mucho más plenas fruto simplemente de esa decisión de poner el coraje como punto de referencia en nuestras vidas. Por supuesto que todos tenemos miedos, pero la gran diferencia reside en lo que haces respecto a ellos. Te animo a dar “EL PASO DEFINITIVO”. El paso que te permitirá destruir de una vez por todas todos esos miedos que te mantienen limitando tu potencial. Y todo lo que necesitas es una decisión sencilla pero comprometida. La decisión de poner el CORAJE como una de tus cualidades de referencia.
El simple hecho de tomar esa decisión, y dar ese paso, te abrirá nuevos horizontes de objetivos que ahora puede que te parezcan increíbles. Ese es el extraordinario poder del Coraje
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