lunes, 20 de febrero de 2017

¿Coaching o PNL?

¿Blanco o negro? ¿Perro o gato? ¿Playa o Montaña? ¿Frío o Calor?
La capacidad de elección es prácticamente innata en el ser humano, desde muy pequeños empezamos a elegir y decidir que es lo que NO queremos para nosotros. Entre opciones dicotómicas nos vemos provocados a encontrar la respuesta, así todo, esta no nos satisfaga en su totalidad. ¿Acaso no pueden existir una tercera, cuarta, quinta o múltiples opciones más? ¿Acaso no pueden ser las dos? ¿No existe ningún lugar en el mundo que haya playa y montaña? ¿Los perros y los gatos son imposibles de criar juntos? Acaso si el vestido que más les gusta, mejor les queda y el más acorde para la ocasión fuera blanco y negro, solo por creer que no pueden ser las dos opciones, ¿no lo elegirían?

Creer que el mundo, tan vasto de elementos, solo tiene dos opciones para presentarnos es creer en el límite de las posibilidades y movernos en búsqueda de algo que debe ser de una u otra manera.
Frecuentemente me preguntan: ¿Qué preferís, el Coaching o la Programación Neuro Lingüística?
Cómo, Por qué y Para qué elegir entre dos opciones que, brillan en su esencia e individualidad como lo que cada una ES; pero que juntas nos pueden iluminar, potenciar y desarrollar lo mejor de nosotros como profesionales, como padres, como hijos, como empleados, como líderes…
Ni la PNL es Coaching, ni el Coaching es PNL.
Puedo enumerar múltiples diferencias, pero como no me gusta creer en el limite de las posibilidades, a continuación destaco diferencias, similitudes y como tercera opción el trabajo en conjunto de estas dos disciplinas.

¿Los opuestos, se atraen?

La principal diferencia quizás resida en la metodología. El Coaching es un proceso conversacional basado principalmente en preguntas que ayudan a la exploración interna y la provocación de los insights (darse cuenta) para el cambio de observador frente a un hecho. Y así, a través del lenguaje, ser conscientes del potencial y de las capacidades y habilidades para el logro de un estado deseado. Compartiendo el mismo fin, la PNL, estudia la experiencia subjetiva, estudia el “como hago lo que hago”. Como me “programé”. Y si esa programación esta siendo limitante para mi desarrollo personal o profesional, re-significarlo y potenciarlo para alcanzar resultados extraordinarios.

Dos disciplinas que trabajan de modo distinto y que buscan lo mismo.
Las creencias que las sustentan es lo que las hace buenas compañeras. Como eje que las atraviesa creen en que “el mapa no es el territorio”; punto de partida del cambio paradigmático. Y de ahí el trabajo del individuo desde el creer que “todos tenemos los recursos necesarios para el cambio que deseamos realizar” esto hace posible que compartan el mismo desafío.
No es posible ser Coach sin herramientas de PNL, sin embargo es posible ser un practicante de la PNL sin necesidad de ser Coach. El Coaching toma del modelo de la PNL técnicas y herramientas para que su proceso y trabajo sea más efectivo, lleve menos tiempo y actúe con eficacia y precisión hacia logros impensados. Ambas disciplinas con un faro muy claro y específico: transformarnos en nuestra mejor versión.

Lo diferente por opuesto se atrae. Ser coherentes entre lo que decimos, hacemos y pensamos nos hará sentir alineados con el universo y dará confiabilidad a quienes nos rodean. Siguiendo esta línea, dejo este interrogante para terminar: ¿Por diferentes que sean dos cosas, pueden por esta condición no ser complementarias?
Lic. Martorell Yamila
Master-Trainer en PNL
Coach Ontológico

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