miércoles, 28 de marzo de 2018

¿Es tan malo ser más egoísta?

Desde pequeños nos enseñan la importancia de "dar", “ayudar”…, en el amplio sentido de cada una de las palabras) a otras personas. Nos educan para ser aceptados en la sociedad, y por esa aceptación en muchas ocasiones las personas pueden llegar a olvidar sus propios intereses y preferencias.
Realmente para mi es grandioso el sentimiento de dar, ayudar, acompañar..., pero llevado al extremo…
¿Alguna vez has pensado que significa realmente ser egoísta? Pensar en uno mismo, anteponer nuestros deseos al de los otros...
¿Esto es en verdad tan malo? Depende…, como casi siempre en esta vida, depende de la medida.
¿Y cual es la “justa medida"? Cada uno tenemos un medidor distinto. Si únicamente pensamos sólo en nosotros, a la larga nos será malo, y si somos extremadamente serviciales también. Los extremos pueden llegar a ser malos.
Muchísimas personas anteponen los intereses de otras a las suyas propias. Si esto es decidido voluntariamente es fantástico, porque están alimentando y nutriendo la necesidad de autorrealización que comenta Maslow. No necesitan más, sólo dar, servir, (lo que hayan decidido).... Pero cuando las personas viven, o están viviendo parte de sus vidas condicionadas y/o bajo el capricho de otras, o motivadas por el sentimiento de culpa, o por el miedo a perder un trabajo, una amistad, un amor, o por la necesidad de ser aceptadas, o por tener en ese momento una baja autoestima, o porque creen que tienen un deber/obligación…, (pueden existir muchos motivos conscientes o inconscientes), sus necesidades, sus intereses, sus deseos, sueños… pasan completamente a un segundo plano.
Estas personas, por lo general, tienen un buen concepto de sí mismas. Son amables, de fácil trato, pero cuentan con el problema de no saber poner freno a las “exigencias” externas, llegando incluso a sentirse frustradas.
¿Te has dado cuenta de lo agotador que es intentar complacer a todo el mundo, todo el tiempo, cuando todos desean, solicitan, exigen, demandan...cosas diferentes? Prácticamente es imposible. Totalmente nos deriva a un estado destructor hacia con nosotros mismos.
No importa cuánto nos podamos esforzar, que tan maravillosos/as, cariñosos/as, atentos/as, inteligentes, competentes… seamos, puede haber alguien que tenga otra perspectiva de la situación distinta a la nuestra. Esto nos puede producir sentimientos tan diversos (según cómo nos encontremos y cuanto nos conozcamos emocionalmente) como: sentirnos amenazados, tristes, con enfado o rabia, con angustia, frustración… Al final nuestra felicidad puede llegar a depender en un alto porcentaje de los demás de manera directa.
No podemos (ni debemos) controlar todo lo que acontece a nuestro alrededor. Es muy difícil, por no decir imposible. Por tanto, no podemos prestar atención a todo lo que piensan, sienten, dicen y hacen otras personas. Aun no hemos llegado a tener poderes y no somos superpersonas. Cuando realmente aprendamos a dejar de tener en cuenta los comentarios y/o comportamientos negativos de los demás, empezaremos a dejar salir nuestra esencia y seremos más felices.
Para nada estoy comentando que debemos empezar a ser personas frías y no empáticas. Debemos tener en cuenta la situación (pros-contras), a la/s persona/s…, para decidir qué acción realizar. Cómo decía uno de mis “maestros” en Coaching, la mejor manera de dar y ayudar a otra persona, es cuando nosotros estamos “fuertes” (emocionalmente, psicológicamente, anímicamente, físicamente…): “Cuídate primero a ti para poder cuidar a los demás”.
Y creo (y es mi creencia simplemente basada en mi experiencia) que cuanto mejor estemos, más podemos dar, y mejor podemos ver las cosas (diferentes perspectivas no condicionadas).
Si estamos en un estado emocional triste, dicho estado lo terminamos transmitiendo, y si nos forzamos a mostrarnos de otra manera, estaremos mostrando una máscara de nuestro ser. No somos realmente nosotros y eso no es lo que deberíamos "dar" a los demás. No se lo merecen (pero como he comentado...es sólo mi opinión).
Josef Kirschner en su libro, El arte de ser Egoista, expone que es importante ser egoista para poder marcarnos límites y así poder vivir plenamente.
Para mi el egoísmo que debemos aprender y nos debemos permitir, es aquel que nos hace decidir qué es lo que queremos en la vida; es vivir nuestros sueños sin que nos haga daño, ni avasallando a los demás; es proclamar nuestro deseo de ser feliz siendo asertivos; es ser libres; es ser honesto con uno mismo, es la oportunidad de ser fuerte, de convertirnos en personas seguras; es conocernos bien y sentirnos "fuertes" rebosándonos energía para dársela a los demás.
"Mirar más a menudo por uno mismo nos llenará el corazón y nos hará ser y estar más felices"
Pasos para ser (mas) egoístas
1. Descubrir lo que es egoísmo. El egoísmo no es usar a otras personas, o hacer que te sirvan, o apartarte de los demás. El objetivo principal del egoísmo son tus propias metas. El egoísmo no tiene nada que ver con otras personas (una persona egoísta que lastima a los demás es una contradicción del concepto). Una persona egoísta se ocupa de sí mismo, y no tiene necesidad de herir a otros. Para entender mejor el concepto de egoísmo puedes leer a Ayn Rand.
2. Saber quienes somos. Para ello debemos reconocer lo que sí y no nos gusta; cuales son nuestros verdaderos valores (no lo que nos han hecho creer); reconocer qué es lo que queremos, lo que somos capaces de hacer, lo que no...
3. Reafirmar nuestra personalidad. Es primordial reconocer que uno mismo es importante, que lo que pensamos y sentimos también lo es. Reconocer nuestras necesidades y concederles la debida relevancia para poner los medios necesarios para cubrirlas y satisfacerlas.
4. Descubrir lo que nos hace feliz. Es la clave para ser egoísta. Hacer lo que amamos, valorar lo que tenemos, ser felices. Cuando descubramos qué es lo que nos hace feliz, camina para alcanzarlo (asertivamente).
5. Dejar de sacrificarnos. No debemos sacrificarnos a menos que sea por algo, o alguien, que nos haga felices (depende de la “medida” que hayamos determinado). Si nos sacrificamos entonces estaremos perdiendo algo que valoramos, y nos hace o puede hacernos felices.
6. Superar los sentimientos de miedoo culpa por no cumplir siempre las expectativas hacia con otras personas. Debemos comenzar a valorar (en su justa medida: recuerda averiguar cual es tu medida) la importancia que la opinión que los demás tienen sobre nosotros.
7. Entender los roles que juegan las otras personas. No caigamos en la trampa (emocional creada por ciertos aprendizajes) de que tenemos que solucionar la vida de los otros antes que la nuestra. "Primero debemos “arreglarnos” a nosotros antes de intentar solucionar las cosas a los demás".
Puede que esta perspectiva que te estoy exponiendo te sea chocante (para mi lo fue mucho) y no estés del todo de acuerdo. Te entiendo perfectamente. Uno de mis principios era el ser servicial (ayudar a los demás antes que a mi). Hasta tal punto llevaba a la práctica este valor, que terminó constándome mi integridad física y me sobrevino una enfermedad (llevar las cosas a un extremo). Ahí me di cuenta de que si yo no miraba primero por mi (en todos los sentidos: emocional, psicológico, físico...) ¿que le podía dar a los demás? Y tuve que volver a aprender a cuidarme y dejarme cuidar.
¿Estas haciendo lo que quieres realmente hacer o lo que crees que es mejor hacer?

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