“Solo el presente existe. Y o soy feliz hoy, o no lo seré nunca. O trabajo hoy o jamás trabajaré. O vivo hoy o seré solo un muerto que sueña y que recuerda.”
José Luís Martín Descalzo
Pero la esencia de la felicidad solo puede encontrarse en el presente. Este preciso instante es lo único que realmente poseemos. Cuando nos enfocamos en saborear en toda su intensidad todos y cada uno de los instantes de nuestra vida algo mágico comienza a suceder. Se produce como una revelación en la que empezamos a tomar conciencia de que en todas las cosas de la vida, si sabemos mirar con los ojos adecuados, es posible encontrar detalles maravillosos.
Tal vez has estado durante años utilizando el mismo camino para ir a tu lugar de trabajo, y has pasado miles de veces sin fijarte en absoluto en las cosas que aparecían ante tus ojos. Tal vez mientras recorrías ese camino ibas pensando en lo que tenías que hacer durante el resto del día, o ibas dándole vueltas en tu cabeza a cosas que te habían ocurrido. Te propongo un sencillo ejercicio que te garantizo que será revelador. Trata la próxima vez que hagas ese recorrido de estar centrado plenamente en el presente y en esa experiencia. Saborea cada instante del recorrido. Observa todo lo que vas encontrando. Aprovecha las oportunidades de descubrir cosas nuevas. Y te garantizo que en algo tan simple como ese trayecto descubrirás montones de cosas que antes ni siquiera habías percibido.
Y si eso sucede con algo tan simple como un trayecto hacia el trabajo, ¿qué crees que puede suceder por ejemplo con tus relaciones de pareja o con tus seres más queridos? ¿No crees que estando más centrado en el presente serías capaz de crear muchos más momentos mágicos y especiales?
Como decía el padre Martín Descalzo, “Solo el presente existe. Y, o soy feliz ahora, o no lo seré nunca.”
Decide por encima de todo ser feliz ahora mismo. Vivir plenamente tu presente. Buscar las maravillas que encierra cada segundo de tu existencia si la miras con los ojos adecuados. Saborear cada instante de ese milagro que llamamos vida. Y vivir, con mayúsculas, simplemente VIVIR.
Muchas personas a lo largo de sus vidas experimentan la mayor parte de sus derrotas a nivel mental.
Permíteme que me explique. Son personas que tienen la idea de un proyecto o piensan en alguna clase de objetivo. En ese mismo instante, mentalmente comienzan a bombardearse ellos mismos pensando en todas las cosas que podrían salir mal o en todos los obstáculos que podrían aparecer en el camino. Y al poco rato ya están arrojando la toalla sin ni siquiera haber dado una mínima oportunidad a sus sueños para convertirse en realidad. Con su actitud mental se han infringido la peor de las derrotas posibles, la derrota que ha pulverizado cualquier tipo de posibilidad de producir resultados sin ni siquiera haber empezado a tomar acción.
Piensa por un instante en esto. ¿Cuántos proyectos, sueños o aspiraciones has dejado “morir” sin ni siquiera haberles dado la oportunidad de que comiencen a florecer? ¿Cuántas veces has sido tu mismo tu propio verdugo enfocando a tu mente únicamente en la parte negativa?
Ten siempre presente que frente a cualquier proyecto u objetivo que desees emprender, siempre se dará una lucha inicial en tu mente entre la parte positiva que es la que ve las posibles recompensas y la parte negativa que es la que ve los obstáculos y las dificultades que pueden aparecer. Y en ese instante inicial es crítico que enfoques de manera absoluta tu energía mental en la parte positiva. Existe un famoso dicho que dice: “Los obstáculos son esas cosas insignificantes que ves cuando apartas la vista de tus objetivos”. Y es cierto. Cuando estas totalmente enfocado en la recompensa, y te apasionas plenamente de lo que estás haciendo es muy difícil que los obstáculos te afecten. Tendrás la actitud necesaria para superarlos, y lo que es más importante, servirán simplemente para hacerte cada día más y más fuerte.
Ten siempre presente que frente a cualquier proyecto u objetivo que desees emprender, siempre se dará una lucha inicial en tu mente entre la parte positiva que es la que ve las posibles recompensas y la parte negativa que es la que ve los obstáculos y las dificultades que pueden aparecer. Y en ese instante inicial es crítico que enfoques de manera absoluta tu energía mental en la parte positiva. Existe un famoso dicho que dice: “Los obstáculos son esas cosas insignificantes que ves cuando apartas la vista de tus objetivos”. Y es cierto. Cuando estas totalmente enfocado en la recompensa, y te apasionas plenamente de lo que estás haciendo es muy difícil que los obstáculos te afecten. Tendrás la actitud necesaria para superarlos, y lo que es más importante, servirán simplemente para hacerte cada día más y más fuerte.
Y al final, esos objetivos puede que se logren o puede que no. Pero lo que es evidente es que si mentalmente los matas antes de ni siquiera empezar tus probabilidades han quedado reducidas a cero. Del otro modo siempre tendrás al menos la certeza de que crecerás y te desarrollarás personalmente mientras recorres el camino. Y lo que es más importante, el logro de tus sueños siempre podrá llegar a ser una fantástica realidad
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